En la farmacia recibimos a muchos pacientes que suelen tener dudas y no tienen claro para qué son los medicamentos que toman o cómo funcionan. Con este post, intentaremos dar respuesta a esas dudas de una manera sencilla.

En este caso, empezaremos por hablar de los fármacos antihipertensivos, que son de los más habituales y que con más frecuencia dispensamos.

¿Qué debes saber sobre los fármacos antihipertensivos que tienes en casa?

La presión o la tensión es la fuerza que ejerce la sangre sobre los vasos sanguíneos al ser bombeada por el corazón. Cuando esta fuerza es mayor de lo debido se produce la hipertensión arterial y se considera como tal cuando alcanzamos valores superiores a 130/80 mmHg.

Si se deja sin tratamiento puede llevar a problemas del corazón, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia renal etc.

Algunas de sus causas pueden ser:
• Obesidad.
• Estrés.
• Demasiado alcohol.
• Demasiada sal.
• Diabetes.
• Tabaco.

Por ello, es importante cuidar los hábitos de vida y evitar el consumo excesivo de estas sustancias.

Fármacos

El médico puede valorar el tratamiento con uno o con varios fármacos antihipertensivos si las medidas en hábitos saludables no funcionan dependiendo del paciente y de las posibles causas que ocasionen el problema.

A grandes rasgos, podríamos clasificar los más usados de la siguiente manera:

• Diuréticos: ayudan a los riñones a eliminar sal y líquido, lo que hace disminuir la presión que estos ejercen sobre los vasos sanguíneos.
Los más habituales son: furosemida, hidroclorotiazida, espironolactona, indapamida,
torasemida.
Sus reacciones adversas más conocidas son el aumento de ácido úrico y trastorno en la absorción de sales minerales, ya que estas se eliminan en orina.

• Betabloqueantes: hacen que el corazón lata con menos fuerza y más lento.
Lo son: atenolol, bisoprolol, carvedilol, nebivolol.
Su toxicidad puede producir bradicardia, insuficiencia cardíaca y producen dependencia física, por lo que no se recomienda la suspensión brusca del tratamiento.

• IECA (Inhibidores de la Enzima Convertidora de Angiotensina): la angiotensina es una hormona que produce resistencia vascular e hipertensión. Estos fármacos evitan su conversión disminuyendo así la presión arterial.
Los más comunes son: enalapril, ramipril, lisinopril, captopril.
Suelen ser los de elección en diabéticos y su principal reacción adversa es la tos.

• ARAII (Antagonistas del receptor dela angiotensina II): estos fármacos se unen a la molécula donde debería de unirse la angiotensina, evitando que esta haga su efecto. Con efecto parecido a los IECAs.
Algunos ejemplos son: losartán, valsartán, irbesartán, candesartán, olmesartán (‘’sartanes’’)
Como reacciones adversas pueden producir vértigos o mareos al incorporarse.

• Antagonistas del Calcio: relajan los vasos al evitar que en sus células entre el calcio. El amlodipino o el diltiazem son algunos ejemplos.

• Bloqueadores alfa: producen dilatación de los vasos. Lo son la doxazosina y la alfuzosina.

La primera dosis puede producir cierta hipotensión y bradicardia, algo que suele normalizarse con las dosis siguientes.

Esto es un resumen a modo de pinceladas sobre los tratamientos más habituales para la hipertensión, pero existen muchos más y todos con sus características e indicaciones.

Esperamos que os sirva como una ayuda para saber qué es lo que hacen los fármacos antihipertensivos que pudierais tener en casa. Y, por supuesto, si necesitáis más detalles o tenéis alguna duda, por favor, podéis poneros en contacto con nosotros a través de los canales disponibles o viniendo a vernos a la farmacia.

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