Los antibióticos son medicamentos utilizados para prevenir y tratar las infecciones bacterianas. Usados correctamente, pueden salvar vidas, pero hay un creciente problema de resistencia a antibióticos. La resistencia a los antibióticos ocurre cuando los microbios ya no responden a los antibióticos creados para eliminarlos, lo que significa que los microbios no se eliminan y continúan multiplicándose.
Cada vez que tomamos antibióticos, existe el riesgo de que la bacteria se vuelva resistente.
La resistencia a los antibióticos está aumentando en todo el mundo a niveles peligrosos. Día tras día están apareciendo y propagándose en todo el planeta nuevos mecanismos de resistencia que ponen en peligro nuestra capacidad para tratar las enfermedades infecciosas comunes. Un creciente número de infecciones, como la neumonía, la tuberculosis, la gonorrea o las enfermedades de transmisión alimentaria, son cada vez más difíciles de tratar, a medida que los antibióticos van perdiendo eficacia.
¿Cómo prevenir la resistencia a antibióticos?
Se pueden adoptar medidas para reducir el impacto de este fenómeno y limitar su propagación:
- Tomar antibióticos únicamente cuando los prescriba un profesional sanitario certificado.
- No pedir antibióticos si los profesionales sanitarios dicen que no son necesarios.
- Seguir siempre las instrucciones de los profesionales sanitarios con respecto al uso de los antibióticos.
- No utilizar los antibióticos que le hayan sobrado a otros.
- Prevenir las infecciones lavándose frecuentemente las manos, preparando los alimentos en condiciones higiénicas, evitando el contacto cercano con enfermos, adoptando medidas de protección en las relaciones sexuales y manteniendo las vacunaciones al día.
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